¿Alguien te ha dicho que los monstruos no existen?
¡Ja! Por qué lo normal es no creer en los monstruos. Si preguntas sobre ellos, te dirán que no, que nunca han existido…. Se confunden…
Yo creo, que los monstruos tienen muchas formas, infinitas… Si cierras los ojos fuerte fuerte, seguro que sientes o ves alguno. Cada uno de nosotros, los vemos y sentimos de forma diferente. ¿No es divertido?. Ahora bien, la gran pregunta es, ¿te atreves a conocerlos?
Razones de que existen, hay miles, tan solo planteare alguna.
¿Cómo se pueden explicar cosas inexplicables que nos pasan diariamente? ¿eh? ¿eeeh...?
Vamos a ver, ¿quién creeis que deja el envoltorio de chocolate vacío, o el rollo de papel higiénico sin papel?, o ¿por qué creéis que tenemos un montón de calcetines desparejados? ¿acaso creeis que se embarullan solos?
A ver, que me expliquen, porque por más que no paro de ordenar las cosas, se lían solas…. ¿Y no os habéis preguntado, porque por una chiripa no te has dado un golpe con la esquina de la puerta del armario?, o ¿por qué en otras ocasiones amaneces en uno de esos días en que las esquinas de las mesas se confabulan contra tí?. Bueno, por no hablar de todas esas veces que hemos dejado una cosa en un lugar concreto y así como por arte de magia muy callandito se esfuma. O cuando de repente, viene un olor insoportable y vaya, no ha sido nadie, ¡Ja! Ya tenemos culpables. Siiii… Que son muy juguetones.
Los monstruos son unos pillines y lo que más les gusta de todo es vernos reír.
Por eso, a veces consiguen que hagamos tonterías para que nos entre esa risa que pone en jaque a todos los músculos de la cara. Esa que es contagiosa y no se sabe bien porque, todos los de alrededor empiezan a reírse como locos. ¿No nos estarán haciendo cosquillas?
Me han dicho que os cuente, que la razón de esconder nuestros calcetines es, para que nos alegremos al encontrarlos. Para que de esa manera, entendamos hasta qué punto las cosas más pequeñas nos dulcifican la vida.
También nos cuidan un montón. Lo que pasa es que no somos conscientes de ello. Nos apartan cuidadosamente cuando nos vamos a chocar contra algo. O cuando hay algo realmente peligroso consiguen que nos paremos y estemos atentos. Pero es verdad, me lo han dicho, que en ocasiones nos ponen tropiezos por el camino. Según ellos, es para avisparnos cuando andamos adormilados.
¿Acaso te piensas que cuando te tropiezas y no caes te sujeta el aire? ¡No, no…! Se trata de un monstruo que suavemente te vuelve a levantar.
Seguro que os ha pasado que lleváis un montón de tiempo buscando algo y de repente va y lo encontráis. Si… en ese mismo lugar que ya habíais mirado. Lo sé. A mi me pasa de continuo…. ¿No será que lo han cogido prestado y luego te lo han devuelto?, que son unos pillines.
Y una cosa os voy a decir… Todas esas veces que hablamos solos, no lo hacemos solos. ¡Están ahí! Así que cuidadito con las cosas que decis. Por si acaso, que al final todo se sabe.
