Kru, desde que ha descubierto la nieve y lo blanco que queda todo, no puede pasar mucho tiempo sin visitar alguna de las montañas más altas de nuestro planeta. !!!En Linen no tienen nieve!!! Y más vale, porque sino se taparían las líneas de su mundo y vete a saber que cosas tan fantásticas podrían suceder. En realidad, creo que nuestros monstruos se desorientarían, ya que no tendrían referencias para poder guiarse. Se perderían por caminos infinitos, por los que no saber como volver hasta que la nieve se derritiera...
El otro día, cuando Kru vino de una de sus incursiones por algún país norteño, me contó que vio cómo unos niños jugaban lanzándose bolas de nieve. Y…. ufffff, le pareció tan divertido, que no pudo resistirse a jugar con ellos. Al principio se asustaron al verla, como nos pasa a todos cuando vemos monstruos, pero rápidamente se dieron cuenta que no era una malvada monstrua. Kru, está más que acostumbrada a explicar que la mayoría de ellos son super buenos y divertidos, que sus colmillos y cuernos son puro adorno, e incluso en ocasiones son de “quita y pon”.
Así pues, una vez pasada la primera impresión, comenzó a jugar con ellos. Les pareció de lo más divertido lanzar bolas de nieve a Kru. Enfrentarse a los monstruos es divertido y muy saludable. La cubrían entera, hasta hacerla casi desaparecer tras borrar sus negras líneas con nieve, y a ella le parecía lo más. Una manera extraordinaria de volverse invisible.
Cuando juegas con tus monstruos se convierten en tus aliados.
Me ha contado, que allá arriba, en las altas cumbres, se le congelan los colmillos de puro frío que pasa. Y que está pensando en tejerse unas fundas para ellos y de paso unos calcetines gordos para sus delicadas pezuñas.
Lo que más le apasiona a nuestra monstrua, es el ruido que surge de la nieve cuando camina con sus garras sobre ella. Según Kru, es cómo una música mágica que te transporta. Si reina el silencio, se puede llegar a oír el sonido de los copos al llegar a su destino. Ella le llama el silencio blanco, donde los sonidos se vuelven música para sus oídos.
